miércoles, 23 de febrero de 2011

LA DOCENCIA

 
En la mayoría de ocasiones los maestros pasan inadvertidos, se suele pensar que es un trabajo fácil, pero no es así, por el contrario es uno de los más difíciles. Un maestro no tiene vida social, vive única y exclusivamente para transformar vidas, pensamientos y hasta la misma sociedad. Ser docente implica tener vocación, en días actuales cualquiera puede enseñar, pero muy pocos pueden ser llamados maestros, para ser un verdadero maestro se debe vivir para ello, tener la sensibilidad a flor de piel; no es pues un simple titulo, por largos años de estudio, es conciencia, disciplina, compromiso y responsabilidad.
El buen maestro jamás pondrá un trabajo para que los estudiantes se entretengan, sino como consecución de un proceso de aprendizaje, deberá ser un guía y no un dios, un concejero pero no un juez, un excelente investigador; la preparación docente no debe  terminar cuando se obtiene el título: “licenciado”; debe continuar por el resto de vida, pues la educación también se transforma y el maestro debe estar a nivel de las nuevas generaciones y las nuevas tecnologías; debe ser un amigo pero no un alcahueta, estratégico y no metódico, confiable, dispuesto al cambio saber lo que busca pero no lo que se va a encontrar. Los maestros también se equivocan, pero el buen maestro lo hace consciente para ser mejor. etc.,
Quien decide ser docente está dispuesto a caminar bajo la mirada acusadora de la sociedad, dejar cosas que satisfacen su cuerpo, para alimentar su alma, conocer cada uno de sus estudiantes y ayudarles en su proceso, aplicando estrategias para obtener lo optimo y fortalecer debilidades, debe ser más fuerte que las situaciones adversas, que en su ejercicio puede encontrar, su voluntad debe ser tan  grande que sea difícil arrancar su esencia. A veces hay  que ser sordos a palabras necias y sin juicio. Una vieja historia cuenta que en cierta ocasión un grupo de ranitas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las caídas que, para efectos prácticos, debían darse por muertas. Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras le decían que esos esfuerzos serian inútiles.
Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió. La otra continuo saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo. Las otras le preguntaron: “¿no escuchábamos lo que te decíamos?” la ranita les explicó que era sorda, y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse mas y mas para salir del hueco.
Cualquiera podría decirnos palabras que roben nuestro espíritu de seguir a pesar de los tiempos difíciles. La palabra dice más de lo que dice, tiene poder. Por eso debemos poner especial cuidado con respecto a cómo les hablamos a los alumnos y alumnas y que les decimos, pues podríamos opacar de por vida sus sueños  y obligarles a vivir una vida que no es del todo propia. Así pues, como docentes, debemos tener cuidado con lo que decimos, como también con lo que escuchamos, no debemos dejar que nos quiten nuestros ideales, por el contrario luchar por ellos, no aceptemos las criticas sin fundamento sino aquellas que nos hacen madurar, estas nos ayudaran a ascender pero las otras nos harán perder en nuestro objetivo.

3 comentarios:

  1. Acabas de comenzar, ánimo tu trabajo debe ser constante y de esta manera tendrás un espacio en el que se refleje tu dedicación e interés por lo que estudias y aprendes.
    Cuida la ortografía, es esencial en un escenario como éste.


    C

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  2. Recuerda que un maestro si debe ser metódico, pues los métodos le facilitan los procesos de trabajo. Por ejemplo, para hacer la investigación sobre su propia práctica, debe implementar el diario pedagógico y ese instrumento hace parte del método que el maestro y la maestra implemantan para aprender de su propia práctica pedagógica.

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  3. Muchos de los aportes del texto son bastante profundos; sin embargo, pienso que si un maestro esta sólo para formar a los demás y se olvida de si mismo ¿Dónde queda que su conocimiento también transversalice su propia vida; es decir, la forme?

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