miércoles, 18 de mayo de 2011

FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA PRÁCTICA





QUE ES EL DIARIO PEDAGÓGICO
                                                               

El diario pedagógico está fundamentado en categorías pedagógicas, es decir, es escrito desde la condición de sujetos públicos que reconocen la necesidad e importancia de la observación, la cual trasciende a la reflexión, la investigación y el plan de acción o de mejoramiento desde una visión propositiva. El diario pedagógico por lo tanto, no sólo recoge las experiencias vividas cotidianamente por el maestro en el aula de clase, sino que hace una interpretación, con argumentos teóricos que apoyan sus comentarios y tratan de encontrar una justificación posible a las situaciones vividas. Están encaminados a que el maestro pueda registrar su experiencia. Este ejercicio permanente de escritura permitirá a su vez que evalué con qué claridad es capaz de expresar sus ideas, qué nivel de racionalidad las acompaña. También sirve para continuar un proceso de autoformación tanto en el ámbito profesional como intelectual, como en el de la escritura y en la estructura gramatical de la misma.
A pesar de su carácter de registro, el diario pedagógico no puede confundirse con un instrumento de control o de repetición de acciones, cual copia de una organización externa al maestro, como son los textos escolares o los módulos de trabajo. El diario pedagógico debe permitir al propio maestro evidenciar vacios de formación, reconocer aquellos aspectos que demandan una mayor indagación y conocer la dinámica en la cual la institución y los individuos se encuentran inmersos.
Para escribir el diario pedagógico es importante recrear el espacio de la cotidianidad, no se trata sólo del recuento anecdótico sino del esfuerzo por evidenciar el cruce de relaciones entre sujetos, sus discursos y sus prácticas. El diario registra en el permanente vivir de la institución, como espacio para la teorización, la conceptualización, la innovación y la experimentación. Hay que escribir mediante una reflexión permanente, apoyada en la vivencia, pero argumentada en un encuentro con el saber y el conocimiento. Que permita reconocer e inventariar la escuela como una estructura cruzada por múltiples relaciones, en las que está implícita la diferencia como eje que dinamiza la institución y su entorno.
Lo anterior, permitirá racionalizar las discusiones, reorientar y reorganizar acciones comunicativas en la escritura, que se irán corrigiendo y mejorando en la relación entre los escritos previos y los nuevos.
Pero lo que se escribe, no se debe quedar solo en un diario, sino llevarlo a discusiones, buscando generar cambios, construir grupos, comunidades académicas. Todo esto se puede lograr cruzando las discusiones por pretensiones como la comprensibilidad, la verdad, la sinceridad y la rectitud. “además se debe requerir un reconocimiento explícito por la diferencia y el respeto por el otro y sus ideas, se requiere argumentación para exponer lo que se piensa”.



Una de las principales características del diario pedagógico es su carácter  crítico. En la medida en que se van identificando y categorizando los acontecimientos y las situaciones recogidas, se va estructurando una visión más analítica. La detección de problemas prácticos va permitiendo la puesta en marcha de estrategias, teorías, conceptualizaciones, innovaciones y experiencias que permiten ampliar un proceso continuo que movilice el cambio. Según Mockus (citado por Salinas, Marta. Pág.6), es necesario respaldar los planteamientos académicos y argumentarlos desde teorías reconocidas como válidas por cualquier interlocutor.
Por lo tanto lo que convoca al maestro a escribir, es el poder convertir las instituciones educativas en escuelas de pensamiento sobre los problemas y realidades de la educación, la pedagogía y la enseñanza. Es construir una práctica pedagógica que dote de sentido el quehacer docente y la función de la escuela.

El diario pedagógico  es el principal instrumento para conocer los problemas de la escuela, investigarlos y cambiar las concepciones asociadas con ellos; de igual manera permite la formulación de hipótesis y de intervenciones novedosas en el ámbito de una experiencia que se reflexiona y se transforma. El diario permite la organización y la categorización de datos fiables para saber si la práctica se transforma.     
SALINAS, Marta Lorena. (2000). El Diario Pedagógico. La Gaceta Didáctica Medellín, PAGS 3-10.

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